Ciertamente poseer un dron, se convierte en una experiencia diferente. Tener la posibilidad de obtener imágenes desde un punto de vista no convencional, “ver las cosas desde arriba”, tener la oportunidad de reconocer que las aeronaves se sostienen, no por magia, sino por leyes de la física y la aerodinámica. Salirnos del empirismo que nos puede identificar en este aporreado gremio.

Es fascinante pensar que, teniendo los pies en tierra, y literalmente estáticos y sedentarios, podemos recorrer remotamente algunas distancias y podemos subir a cierta altura para ver las cosas de manera diferente.  Sin embargo, muchas veces ésta apasionante actividad, para unos hobbie y para otros la cucharita que va a llevar trabajo a la casa, puede estar marcada por el empirismo, la comodidad y la facilidad que nos brindan cada vez más los modelos recientes de drones de consumo. Y duele aceptarlo, pero el “chiquero” de algunos talleres de drones abarrotados de aeronaves estrelladas, contrasta con la imagen que se está vendiendo desde hace un tiempo de que “cualquiera puede volar un dron”, o como dicen por ahí “para volar drones solo se necesita sentido común”. Y de ahí viene el éxodo de los pilotos, donde la Aerocivil y su área de Drones estarán muy agradecidas y felices. Así, muchos de esos entusiastas se quedarán a mitad de camino, siendo menos quienes se arriesguen a tramitar los certificados de idoneidad ante la avalancha generada por el sistema que implementaron para formalizar la operación de drones en Colombia

Ohhh titánica labor que será agradecida por cada piloto que se quede en camino, porque será un trámite menos

Hoy en día en Colombia cada vez más están saliendo a competir en este mercado pilotos de drones que aprendieron a punta de vídeos de YouTube, y que gracias a los últimos modelos de consumo operan drones casi imposibles de estrellar, con algoritmos mucho más sofisticados, sensores de proximidad entre otras cosas en las que si sufren un accidente es puro error humano y “falta de calle”, experiencia y horas de vuelo. Y aún así, con todas estas ayudas, los accidentes ocurren.

Frente a esta automatización y tecnología entramos a un campo minado para nuestro gremio. Campo minado que presento con la siguiente pregunta: ¿en serio quiere usted vivir de la fotografía aérea? 

Fotografía Aérea con Drones

Pues bienvenido porque el cielo es para todos. Pero sí debe saber que para hacer esto rentable es necesario estudiar y lograr entender algunas cosas que pueden diferenciar a la hora de presentarle un entregable a un cliente. Si quiere vivir de esto olvídese de los modos completamente automáticos. Basta de imágenes desenfocadas, pixeladas, salidas de encuadre, estalladas o por el contrario oscuras. Basta de videos con movimientos involuntarios, planos secuencia eternos que no dicen ni muestran nada. Basta de imágenes que solo le gustan al que las hizo, y su cerrado círculo cercano. Y por Dios, tenga misericordia a la hora de entregar el material. Si quiere vivir de esto, queda prohibido el publicar imágenes recién salidas del horno sin ningún tipo de edición o ajustes en posproducción. Y peor aún, para ser motivo de rasgarse las vestiduras, no más imágenes entregadas al cliente así sin nada. 

Morir en el intento, es cobrar barato por batería volada como si tuviera un taxímetro. Se muere lentamente cuando se ofrecen imágenes sin el mínimo cuidado estético y conceptual. Es no reconocer que toda imagen tiene un concepto, una explicación, y nos debe llevar a algo. Aplicar la enseñanza que recibimos de niños cuando nos decían que cada acción tiene una consecuencia, por ejemplo, respecto al manejo de ISO, la apertura o la velocidad de obturación, si señores: Tiene una consecuencia en el resultado final. 

Morir en el intento es no aplicar la planeación del vuelo y negar que, respecto a la posición del sol, hay un momento del día más favorable para la toma que estamos realizando. Es entender qué es el triángulo de la exposición o cómo se interpreta un exposímetro. Y finalmente, y no menos importante, morir en el intento de vivir de esto es no interpretar un histograma para asegurarnos que nuestra imagen está bien expuesta y tiene información tonal completa.

Todo esto diferencia a un piloto empírico de uno profesional. A uno serio de un charlatán. Y sobre todo a un verdadero piloto de drones respecto a uno de carnet y pin de piloto. Si usted quiere vivir de las imágenes aéreas, y no morir en el intento, bienvenido; le aseguro que va por buen camino si es que se deja guiar.  Si ya desistió de querer vivir de esto, pero le gustan las imágenes aéreas, hágalo por la salud visual respecto a la cantidad de contenido que publican en los miles de grupos de WhatsApp que tiene nuestro gremio de pilotos de drones en Colombia.

Sin embargo, si se desvía de ese camino, tranquilo. Su cliente llamará al sobrino del vecino que tiene un dron más barato y puede hacerlo más económico e incluso gratis. 

Señores, si al leer estas líneas y llegar hasta aquí produce algún tipo de alergia, piquiña o escozor, pido mil disculpas. Se tenía que decir y se dijo.

¡Muchos los llamados, pocos los elegidos, buena suerte y a volar!